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De Eurovegas a Primero de Infantil: Siete pasos para elegir colegio.

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Hace días que me viene pidiendo el cuerpo escribir sobre los chinos, piedra-papel-tijera, el baremo de admisión en colegios de la Comunidad de Madrid, y otros juegos de azar.

Esperanza Aguirre, en su infinita generosidad, nos dejó un regalo antes de marchar (primero fue ella, luego el Papa… os quejáis de vicio con esto de las dimisiones conservadoras). El regalito fue un nuevo baremo estableciendo el “distrito único”. Esto del “distrito único” que nos sonaba bastante bien para el tema de los hospitales (todas queremos parir en el Marañón y esas cosas) no suena tan bien con respecto a los coles. Y es que lo de parir se hace una o dos veces en la vida (parir más es avaricia) y para una vez que te pones no importa cruzar Madrid aunque sea sacando el pañuelo blanco. Sin embargo, lo de ir al cole se hace todos los días y cómo cambia el cuento, Caperucita.

Vaya por delante que conceder diez puntos por tener un hermano “dentro” me parece justo y necesario. Esperanza era consciente de que la omnipresencia es una virtud reservada al Espíritu Santo (y a Guindos), y de que los padres al uso no pueden dar la mano derecha a un hijo en Chamberí y la izquierda a otro en Arturo Soria cada mañana. Bien Espe, bien. La pregunta es: ¿quién se acuerda de los primogénitos? Los primogénitos, esa especie llamada a heredar títulos nobiliarios (o el nombre del abuelo), en cuestión de colegios son unas pobres almas cuya misión es meter cabeza en una lista recién quitado el pañal (o con el pañal puesto). Y todo desde la más tierna y feliz ignorancia. Deo gratias.

Así pues, viendo asomar la tercera primavera de nuestros primogénitos, los padres comenzamos la tesis doctoral sobre colegios en siete pasos:

1- Trabajo de campo. “Me suena que cerca del banco Santander del barrio había un colegio”, “Creo recordar que a las cinco y media para un autobús de ruta en esa esquina”, “¿Te acuerdas de si el colegio donde vamos a votar tenía buena pinta?”.

2- Investigación de gabardina:  “Pues dice la portera que el San Perico de los Palotes tiene buena fama“, “La vecina de abajo lleva a los niños al Extraordinary School, que es bilingüe, ¡con lo importante que es el inglés!”.

Un padre sabe que está cruzando los límites de la “investigación de gabardina” cuando al intentar descifrar el nombre del escudo del uniforme de cualquier niño que vea por la calle, se acerca demasiado y el niño huye despavorido con su mamá. Si el límite de la “investigación de gabardina” ya se ha cruzado, el padre en cuestión irá también hacia la mamá y comentará con naturalidad: “veo que lleva usted a su hijo al Montes de Orégano, ¿está contenta con el colegio? ¿tienen segundo idioma?”

3- Documentación bibliográfica: “El colegio que nos gusta no está bien situado en el ranking de El Mundo ¿lo descartamos?”, “¿Sabes que en 2010 los alumnos del Don Quijote y Sancho obtuvieron los mejores resutados en la prueba de nivel de sexto de primaria?”, “Está decidido cariño, acabo de descubrir que en 2011 únicamente 2,3 niños suspendieron selectividad en el Fulanito Pérez”.

Un padre sabe que está cruzando los límites de la documentación bibliográfica cuando sufre un déjà vu y se vuelve a encontrar a sí mismo torturándose en nuestro querido Foroenfemenino. Atrás quedaron las dudas sobre la mejor orientación de la cama para concebir una niña…. ahora las perlas son del calibre “Jamás llevaría a mis hijos al Pinosverdes, sé de buena tinta que la comida del comedor es congelada”, “Ni se os ocurra llevar a vuestros hijos al Nuestra Señora de la Reverberación de la Compañía del Redentor.… ¡se rumorea que en el colegio hay monjas!”.

4. Matemática simple. Gracias a Esperanza este apartado de la tesis se simplifica bastante. “Vamos a ver… el niño no tiene hermanos en el colegio, yo no soy antiguo alumno, no tenemos renta de inserción ni somos familia numerosa… esto arroja un total de… 4 puntos por vivir en Madrid. Es decir, como todo cristo”.

Un padre sabe que está cruzando los límites de la matemática simple cuando se plantea a mitad de curso cambiar al niño de guardería a la guardería concertada con el colegio, para obtener el punto extra. O quedarse embarazada para ser familia numerosa. Lo bueno es que no suele dar tiempo a parir y la idea se descarta enseguida.

5. Análisis estadístico.
“El año pasado el último niño que entró en el Gaudeamus igitur tenía 7 puntos y nosotros tenemos 4, ergo, estamos jodidos”.

6. Ensayo general: Asistencia a Jornadas de puertas abiertas, entrevistas y visitas varias. Nuestra actitud variará en función del interés real por el colegio en cuestión. Si es el primero de nuestra lista pondremos cara de buenos y sonreiremos mucho. Si es para decidirnos entre colocarlo en tercer o cuarto lugar, preguntaremos hasta por el número de pie del bedel.

7. Cruzar los dedos o ponerle una vela a tu Virgen favorita (que, con buen criterio, fue lo que me recomendó el director de un colegio donde hicimos una entrevista).

Lo único que no se le ocurrió a Esperanza fue que nos jugáramos la plaza en Eurovegas, pero al tiempo. Acordaos de mis palabras.

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